Carta de Paco Vera en tiempos de coronavirus

Per Francisco Vera Granados

Article enviat al Diari de Terrassa el 5 d’abril

Siento que la derecha de este país no esté al lado de los padecimientos del pueblo español. Unos piden un golpe de Estado, pidiendo al Rey que dé un paso al frente; otros se pasan el día criticando despiadadamente para desgastar en todo lo posible al Gobierno central. Y eso desde que entró a gobernar, con el apoyo de la mayoría del Parlamento español y sin darle ni tan siquiera un día de gracia, o un tiempo para que al menos los ministros pudieran hacerse cargo de sus carteras respectivas. Solo críticas vagas y sin fundamento de base, con mentiras o medias verdades, pidiendo el señor Casado (a partir de las descalificaciones y los insultos) que se vaya el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. ¿Para qué? ¿Para ponerse él? ¿En base a qué derecho?

El Gobierno del señor Sánchez, a pesar de llevar pocos meses y equivocarse tal vez en algunos temas muy locales, lo está haciendo correctamente. Está gobernando con lealtad al pueblo español. En el caso particular del famoso virus, nadie sabía las características que tiene y, de hecho, ningún gobierno del mundo lo sabe todavía hoy día. Se saben ya algunas cosas pero todavía queda mucho por investigar y, sobre todo, por desmentir.

Qué poca dignidad la de un político que se le llena la boca con el  «querer a España». Qué poca humanidad, en estos momentos de zozobra y tristeza que está sufriendo el pueblo español en su conjunto. Cuánto rencor, cuánto odio, y qué poco quieren al pueblo, solo a su dinero y bienestar personal o de su colectivo, llámense grandes fortunas o grandes empresas que luego utilizan para su propio beneficio a costa de lo público.

Es ahora cuando tenemos que estar todas y todos unidos, para defendernos de esta pandemia, al lado de un pueblo que sufre en el alma todo lo que está pasando. Mientras, otros aprovechan esta coyuntura para intentar recoger votos a costa del padecimiento de la gente. ¿No os da vergüenza? ¿Sabéis lo que es la ética?

Tenemos un Gobierno digno, un Gobierno que quiere evitar en todo lo posible más sufrimiento a los ciudadanos más necesitados y más débiles: los ancianos, los trabajadores y trabajadoras en precario, etc. Quieren evitar, en suma, que nadie se quede en la estación del sufrimiento.

¡HAY QUE ESTAR UNIDOS Y DEJAR DE LADO IDEOLOGÍAS PARTIDISTAS!, ¡HAY QUE ESTAR MÁS AL LADO DE LOS QUE LO ESTAMOS PASÁNDOLO  MAL!

En definitiva: hay que ser solidarios quedándose en casa, y no tomar esto como una imposición o un capricho de los científicos médicos y del Gobierno. Hay que estar dando ideas y posibles soluciones, por parte de esos políticos que tanto critican y de todos.

Desde aquí quiero rendir un sentido homenaje a la gran labor que están haciendo los médicos, enfermeras auxiliares, personal de limpieza, técnicos de ambulancia, los cuerpos de seguridad del Estado y Guardia Civil,  policías (todas), el Ejército en su totalidad, con la UME, algo fundamental. Hoy están todos unidos, por una causa común.

He tenido la desgraciada experiencia de haber pasado el coronavirus (ya superado), y ello ha sido posible, entre otras cosas, gracias a la tenacidad y al extraordinario trabajo de los doctores de la 14ª planta de Mutua de Terrassa. Ellos me dieron la medicina más necesitada por mí en ese momento: la cercanía, la empatía con todos los enfermos y, sobre todo, la sonrisa que se les veía debajo de la mascarilla y pantalla de protección. Esos «Buenos días ¿cómo estáis?», esa sonrisa de calma y sosiego, explicándote tu enfermedad, dándote las soluciones que ellos veían más factibles para tu recuperación.  Las enfermeras, con esa caras de cansancio y las auxiliares, también con esas sonrisas a pesar de pasar 16 horas seguidas trabajando y exponiendo su salud y su vida para curarnos a nosotros. Las limpiadoras que, a pesar de su cansancio, te alegraban con sus sonrisas y sus bromas… Todos ellos sí que son unos héroes, unas personas honestas en su trabajo, siendo útiles a la sociedad. Ellas y ellos me dieron la mejor medicina que podía curarme: LA SONRISA. Esa medicina es para mí la más hermosa y preciada, la más limpia que una persona puede dar a otra sin conocerla, algo precioso, que nos dan a todos estas personas de la sanidad pública.

Recibid mi eterno agradecimiento, todas y todos vosotros, por vuestro valor, vuestro buen saber, vuestra dedicación constante y sincera, sin desmayo, algo que recordaré toda mi vida.  MUCHAS GRACIAS.

Además del agradecimiento, pienso que también es momento de que todos realicemos una profunda reflexión sobre nuestra postura durante el desmantelamiento de la sanidad pública, realizada mientras esos sanitarios, que ahora aplaudimos para intentar acallar nuestras conciencias, se manifestaban. La inmensa mayoría de gente que ahora aplaude veía indiferente como los políticos de turno (por ejemplo, la ínclita Esperanza Aguirre) ninguneaban las protestas, cuando no se mofaban abiertamente. Tiempo es ya de que la gente, el pueblo, asuma su parte de responsabilidad, y se acabe con esa lacra que es el lema «todos son iguales». No repitamos el argumento del príncipe de Lampedusa, y no dejemos que todo cambie para que siga igual. Exijamos a partir de ahora todos los recursos y reconocimientos que se merecen, y no permitamos que políticos homicidas (aunque sea por imprudencia) nos vuelvan a colocar a nosotros y a ellos en esta tesitura.

Desgraciadamente, en estos momentos de sufrimiento de la gente en este país, en el que muchas personas mueren sin que sus familiares puedan estar con ellos, al menos para darles un poco de consuelo, me pregunto dónde está la jerarquía de la Iglesia. Esa misma que defiende la vida a capa y espada y ahora que se necesita que echen una mano ni se les ve ni se les espera. ¿Dónde están esos de la fe en Jesucristo? ¿Dónde están esos altos dignatarios de la Conferencia Episcopal, para ofrecer su ayuda? Solo sé de las monjas y sacerdotes que miran y se preocupan por sus conciudadanos de las localidades como Terrassa… Los jerarcas, que se apropiaron de muchos locales, viviendas, mezquitas (por 30 €, precio de saldo)… ¿Dónde están esas personas que predican la palabra de Jesús y después, a la hora de la verdad, no aparecen por ningún lado, ni tan siquiera dan una sola idea para ayudar? Estas personas no me dan vergüenza: me dan pena, mucha pena.

Por otra parte quiero, desde estas letras, felicitar al gobierno de Pedro Sánchez, que lo está dando todo para que nadie se quede en la estación del olvido, sea por enfermedad, por cuestión de trabajo, por no tener suficiente dinero para comer, o no poder pagar la hipoteca o alquiler… O que esté en riesgo de exclusión, a los autónomos, a la pequeña empresa, intentando compensar en lo posible a los que se quedaron en esa estación en el 2008. Entonces se rescató a los bancos, se rescataron después las autopistas, se recortó en la sanidad y la enseñanza, recortes por doquier y después no había dinero para las personas.

Solo a vosotros, la derecha salvadora de España, os digo una cosa: no tenéis dignidad, no tenéis vergüenza y los que os votan deberían pensárselo dos veces. No queréis a España, solo tenéis odio, sed de venganza por no conseguir gobernar para vuestros bolsillos. Os fastidia que el Gobierno esté mirando por la gente que más lo necesita, cosa que a ellos les honra como políticos, como personas que quieren bien a su gente.

También en Cataluña, un presidente de la Generalitat (un presidente en minúsculas, porque solo representa a una parte de su pueblo), que da mediante sus consejeros directrices para que a los mayores de 80 años no se les incluya en la intubación de las UCI. Y ello porque son (sic) «de escaso beneficio». Gente que pasó su vida trabajando, y que cuando votaban eran beneficiosos, por lo que se ve, ahora no lo son tanto. Pero, ¿quiénes creéis que sois vosotros? ¿En qué clase de personas os habéis convertido? ¿Para vosotros la independencia es lo único? ¿Quiénes sois, los dioses del Olimpo? Me da asco usted, señor Torra, y sus lacayos, ayunos de conciencia. Si no hay dinero para salvar vidas humanas buscadlo, igual que buscáis para vuestros estupendos sueldos. Y si no iros a vuestra casa, y no hagáis más daño.

3 comentarios sobre «Carta de Paco Vera en tiempos de coronavirus»

  1. A partir de esta situación, las/os, que hoy aplaudió todos los días a las 8 de la tarde, a quienes bien se lo merecen, no los dejéis en las futuras, marchas, huelgas, y demás manifestaciones cuando luchen por una SANIDAD PUBLICA, DE TODOS, PARA TODOS.
    Creo que es el mejor reconocimiento, gratitud y recompensa para ellos/as.
    Por qué, al fin y a la postre, defienden reclaman, por nuestra salud, por nuestra vida
    ¡ SALUD Y REPUBLICA!

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