Acuerdo de los presupuestos 2019: ¿Una oportunidad para la izquierda?

Per Ricard Juan Escrich

 

El FMI y la derecha española (PP y C’s) se han lanzado a una campaña contra el acuerdo para los Presupuestos Generales del Estado de 2019 que esta semana han alcanzado el grupo parlamentario de Unidos Podemos y el Gobierno de Pedro Sánchez. El acuerdo permite avanzar de forma significativa en muchas políticas sociales en un sentido progresista:

Subida del salario mínimo a 900€; revalorización de las pensiones según el IPC y subida del 3 % de las mínimas; incremento al 1 % de impuesto de patrimonio a partir de 10 millones, fijando el tipo mínimo al 15 % y rebajando a pymes al 23 % del impuesto de Sociedades; subida del IRPF a partir de 130.000 €; creación de un Impuesto de Transacciones Financieras del 0,2 % por compra de acciones; limitación de 1000 € al pago en efectivo y prohibición de las amnistías fiscales; regulación de los precios del alquiler y aumento del presupuesto estatal de vivienda; incremento del 6,7 % para Ciencia e I+D+i, y del 40 % en la inversión para dependencia; equiparación intransferible de las bajas de maternidad y paternidad; 330 millones para educación universal de 0 a 3 años; vuelven a cotizar a la Seguridad Social las horas extraordinarias; derogación de los aspectos «más lesivos» de la reforma laboral de 2012; eliminación del artículo 315.3 del Código Penal que criminaliza el derecho de huelga y a los huelguistas. Estas son algunas de las medidas, algunas de las cuales van más allá de los presupuestos, como modificar el código penal para facilitar la libertad de expresión o luchar contra la violencia sexual.

El acuerdo presupuestario es un avance significativo para comprometer al gobierno del PSOE en políticas sociales, pero no significa, ni mucho menos, el fin de la austeridad y las políticas neoliberales. Todavía quedan varios obstáculos por superar y muchos enemigos que buscarán dinamitar toda posibilidad de establecer políticas sociales y progresistas que cuestionen la lógica neoliberal. El FMI ya se ha sumado a las críticas, además de otros organismos internacionales y europeos que no tardarán en cuestionar los contenidos más progresistas.

La cruzada ultrareaccionaria de la derecha

La derecha española representada por Casado y Rivera, rabiosa por haber perdido el Gobierno, se ha lanzado a una cruzada contra el Gobierno de Sánchez y su alianza con Unidos Podemos.

Por un lado esta su rivalidad para ver quién se impondrá en el espacio electoral de la derecha española. Esta competencia entre PP y C’s les lleva a escorar su discurso hacia la extrema derecha, explotando un discurso xenófobo contra la inmigración, así como a explotar el chovinismo español más recalcitrante y neofranquista, cosa que está dando un pujante protagonismo a la extrema derecha de VOX.

Por otro lado, son conscientes de que deben actuar unidos en defensa del proyecto neoliberal y autoritario opuesto a cualquier avance social para la clase obrera, los sectores populares y oprimidos, debido a su ideología fervientemente anticomunista, ultrareaccionaria y cada día más fascistizante.

La debilidad socialista

No debemos dejar de tener presentes a las tendencias más reaccionarias que habitan en el PSOE, más vinculadas a la oligarquía y el aparato del Estado, (los que intentaron el golpe contra Sánchez) y los límites de los socialistas para hacer frente de forma consistente a las políticas militaristas y neoliberales.

No olvidemos que el PSOE es un partido firmemente comprometido con el proyecto imperialista de EEUU y la Unión Europea, la monarquía, el capitalismo y las élites económicas euroatlánticas.

El acuerdo presupuestario es el producto de la debilidad electoral-institucional del partido socialista para intentar mantener los suficientes apoyos para gobernar. Hay que recordar que Pedro Sánchez optó por llegar a acuerdos con Rivera antes que con la izquierda parlamentaria, cuando tuvo la posibilidad de formar un primer gobierno frente a Rajoy.

Las incertidumbres de las derechas catalana y vasca

Otro de los obstáculos para conseguir los 176 diputados necesarios para aprobar los presupuestos serán las derechas catalana y vasca, sin las cuales no es posible aprobar los presupuestos. No olvidemos que tanto los neoconvergentes como los Jetzales son firmes partidarios del neoliberalismo y la Unión Europea, además de sus concepciones católicas y conservadoras, que son casi idénticas a las derechas españolas.

El PNV, tras pasar hace años por su «procés» particular con el Plan Ibarretxe, está en una dinámica más pragmática de negociar sus partidas presupuestarias con el gobierno central. Poco hace pensar que vaya a cambiar su posición e, incluso, que le afecte la situación en Catalunya.

Lo que sí puede alterar los apoyos a los presupuestos es la situación de estancamiento y enfrentamiento chovinista en Catalunya. Tanto a C’s-PP como al PDCat-JxC les interesa alimentar el conflicto para mantenerse vivos electoralmente. Las derechas necesitan excitar los odios nacionales porque no tienen nada que ofrecer a los sectores populares en políticas sociales más que recortes y austeridad.

La encrucijada catalana

El movimiento independentista está en crisis debido al fracaso de la vía unilateral y la frustración que está despertando en algunos sectores sociales ante la parálisis en que se encuentra el «procés», el Parlament y la Generalitat, como se vio en las movilizaciones por el aniversario del 1 de octubre.

La impotencia ante la injusta situación de los presos políticos y de los que han huido al extranjero por la persecución judicial, el infame papel del President Torra, la dirección real del Govern y de JxCat-PDCat por parte de Puigdemont desde Bruselas  y las crecientes tensiones con ERC para salir de la actual situación hacen impredecible saber el apoyo a los presupuestos por parte de los republicanos y los neoconvergentes.

Será importante encontrar puntos de encuentro y diálogo para buscar salidas para dar una salida al conflicto que permita rebajar la tensión, que es utilizada sin escrúpulos por las derechas española y catalana para mantener sus expectativas electorales, para dividir por sentimientos nacionales a la clase obrera y los sectores populares y neutralizar la acción de la izquierda.

El proyecto de la izquierda y la movilización social

El acuerdo también va a poner a prueba a la izquierda de UP, IU y el PCE-PSUC. Uno de los objetivos de los socialistas y del régimen será desmovilizar a la izquierda social y neutralizar a las confluencias entorno al grupo de Unidos Podemos, atrayéndola todavía más hacia el desgaste electoralista e institucional, con el fin de recuperar el espacio electoral de los socialistas perdido en los tiempos de crisis y regenerar la desgastada imagen del régimen, la monarquía y el capitalismo. En este sentido, habrá que tener en cuenta los resultados de las próximas elecciones andaluzas, que pueden servir, en parte, para medir el actual estado de ánimo de los sectores populares.

La izquierda no debe caer en la trampa ilusoria sobre un cambio social desde las instituciones. Es fundamental hacer valer la fuerza desde la calle, los centros de trabajo y de estudio, organizando la movilización social unitaria, con los sindicatos de clase y los movimientos sociales, para hacer cumplir los aspectos sociales acordados en los presupuestos  frente a los envites y campañas mediáticas de PP, C’s y organismos internacionales (FMI, UE, etc), e incluso, para defenderlos ante el riesgo de concesiones de Sánchez en próximas negociaciones con la derecha catalana y vasca. Un punto de inicio pueden ser las movilizaciones del 24 y 27 de octubre bajo el lema “Si nos movemos, cambiamos todo”.

La izquierda española debe ganar en claridad y discurso, no puede quedarse atascada a la defensiva, debe articular un proyecto de país que vaya mucho más allá de un acuerdo coyuntural de presupuestos. Un proyecto para rearmar a la izquierda para que tenga una alternativa en lo social y en lo territorial que ponga a la clase obrera y a los sectores populares la a la ofensiva. En España este proyecto histórico lo representa la república, con todo su contenido social, federalista, democrático y popular. El Encuentro Estatal republicano del 10 de noviembre en Madrid puede ser un punto de partida para reactivar ese proyecto de izquierdas para hacer frente al fascismo, al racismo y al chovinismo.

Un comentario sobre «Acuerdo de los presupuestos 2019: ¿Una oportunidad para la izquierda?»

  1. Creo que este es el camino y ahora hay que buscar a los actores que deben llevarlo adelante y tenerlos preparados para cuando llegue el momento de actuar. (fragmento de un libro de Lenin)
    Salud y República.

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